Como ocurre con muchos servicios esenciales, la seguridad privada no es exento de juicios e ideas erróneas. Los agentes de seguridad, no solo protegen bienes y personas, sino que son una garantía de tranquilidad para muchas empresas y comunidades, siendo que aún existen muchos mitos que enturbian la verdadera labor de estos profesionales, nos proponemos desmentir algunos de los más comunes para arrojar luz sobre lo que realmente implica este compromiso.
Mitos Comunes sobre la Seguridad Privada
- Cualquiera puede ser agente de seguridad privada: Existe la creencia de que cualquier persona sin formación puede desempeñar el rol de un vigilante, lo que minimiza la profesionalidad de estos trabajadores.
- Los vigilantes solo están ahí para intimidar: Muchos piensan que la presencia de un agente de seguridad es simplemente disuasoria, como una figura imponente sin otras funciones importantes.
- Un agente de seguridad no tiene autoridad real: Se asume que los agentes no tienen poder más allá de vigilar, y que no pueden actuar en situaciones de riesgo o emergencia.
- No es necesario contratar seguridad privada si hay cámaras de vigilancia: Con la proliferación de la tecnología, algunos creen que un sistema de cámaras es suficiente para mantener la seguridad en cualquier entorno.
- Los servicios de seguridad privada son muy caros: Este mito desalienta a muchas personas o empresas de contratar seguridad privada, asumiendo que los costos son prohibitivos.
- Los agentes de seguridad solo trabajan en centros comerciales: Para muchos, la imagen más común de un vigilante es la de alguien en un centro comercial, lo que limita la percepción de sus funciones.
Desmintiendo los Mitos
Realidad 1: No, no cualquiera puede ser agente de seguridad privada
Para ser un agente de seguridad se requiere formación específica, que incluye conocimientos legales, técnicas de vigilancia, primeros auxilios y manejo de crisis. Nuestra empresa selecciona cuidadosamente a sus vigilantes para garantizar que puedan actuar con compromiso y transparencia en cualquier situación. La preparación es rigurosa, y todos nuestros agentes reciben capacitaciones continuas para mejorar su desempeño.
Realidad 2: Los vigilantes no solo disuaden, también previenen
Un buen agente de seguridad no se limita a ser una presencia visible. Su trabajo incluye la prevención de situaciones de riesgo, el monitoreo constante del entorno, y la intervención oportuna cuando es necesario. La intimidación no es su objetivo; su verdadero rol es garantizar la seguridad mediante la observación activa y la acción preventiva.
Realidad 3: Los agentes de seguridad tienen autoridad en su campo
Aunque no son policías, los vigilantes tienen una serie de responsabilidades y facultades legales. Por ejemplo, pueden detener a personas sospechosas de haber cometido delitos en su unidad de servicio hasta que lleguen las autoridades competentes. Además, colaboran estrechamente con las fuerzas de seguridad pública, lo que les otorga una autoridad relevante en sus áreas de actuación.
Realidad 4: Las cámaras no sustituyen la presencia humana
Aunque la tecnología es una herramienta útil, no puede reemplazar el juicio y la intervención humana. Un agente de seguridad complementa perfectamente el uso de cámaras de vigilancia, ya que puede actuar en tiempo real, analizar situaciones complejas y tomar decisiones que una máquina no podría.
Realidad 5: La seguridad privada es accesible y una inversión valiosa
Contrario a la creencia popular, los servicios de seguridad privada pueden adaptarse a diferentes presupuestos y necesidades. Además, el valor que aporta la protección de bienes y personas supera con creces el costo de los servicios, brindando tranquilidad y previniendo pérdidas mayores. Siempre hemos sostenido que la seguridad privada no es un lujo, sino una necesidad.
Realidad 6: Los agentes de seguridad trabajan en una amplia variedad de entornos
Los agentes no solo se encuentran en centros comerciales. Su labor es fundamental en comunidades residenciales, empresas, eventos, hospitales, aeropuertos y otros lugares donde se requiera un alto nivel de seguridad. Su versatilidad y adaptabilidad los convierte en una pieza clave en diferentes sectores.
Es importante derribar estos mitos para valorar correctamente el trabajo de los agentes de seguridad privada. Nuestras filas están formadas por profesionales comprometidos, honestos y transparentes, cuya labor va mucho más allá de vigilar pasivamente, siendo los pilares esenciales para ofrecer soluciones a medida que garantizan protección, tranquilidad y bienestar en cualquier entorno.